BP estima que la demanda de energía se incrementará un 36% hasta 2030.
El fuerte crecimiento en la producción de recursos no convencionales de gas y petróleo tendrá un importante impacto en los mercados mundiales de la energía en 2030, redefiniendo así las expectativas de las principales economías y reequilibrando los flujos comerciales globales, según la última edición del BP Energy Outlook 2030.
Se trata de la tercera edición anual del informe, en el que se recoge la visión de BP sobre los desarrollos más probables en los mercados energéticos mundiales para el año 2030, basado en análisis actualizados y teniendo en cuenta la evolución del sector el pasado año. La edición de este año analiza más de cerca la revolución que supone el gas de esquisto (shale gas) o el petróleo de formaciones compactas (tight oil) –el fenómeno que hará resurgir el sector de la energía en América– incluyendo sus perspectivas globales.
Las expectativas globales de crecimiento recogidas por el BP Energy Outlook 2030 sobre demanda mundial de energía para 2030 han variado ligeramente desde el año pasado, ya que se espera que en 2030 la demanda sea un 36% mayor con respecto a 2011, crecimiento prácticamente en su totalidad procedente de las economías emergentes. Sin embargo, las expectativas sobre las pautas de suministro de dicho crecimiento están cambiando considerablemente, con los recursos no convencionales (gas de esquisto y petróleo de formaciones compactas, junto con los petróleos pesados y los biocombustibles) jugando un papel cada vez más importante y, en particular, transformando el balance energético de Estados Unidos.
El incremento en la producción de recursos no convencionales de petróleo (petróleo de formaciones compactas, arenas bituminosas y biocombustibles) se espera que suponga el total del crecimiento neto del suministro mundial de petróleo en 2020, y más del 70% del crecimiento en 2030. En 2030, el aumento en la producción y la demanda moderada supondrán una autosuficiencia de Estados Unidos del 99% en energía neta; mientras que en 2005 la autosuficiencia de este país fue de tan solo el 70%. Mientras, con el continuo fuerte crecimiento económico, las principales economías emergentes como China o la India serán cada vez más dependientes de las importaciones de energía. Estos cambios tendrán un impacto mayor en las balanzas comerciales.