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Euskadi tiene una posibilidad real de encontrar gas natural por métodos tradicionales.

Xabier Aja 29 de Julio de 2018 -

La apuesta de futuro de Euskadi son las renovables pero en la transición el gas es el combustible más eficiente y menos contaminante, indica Iñigo Ansola, director del EVE

BILBAO- La transición energética hacia las renovables va a ser una realidad en el horizonte de 2030. El Gobierno Vasco, a través del Ente Vasco de la Energía (EVE), mantiene su firme apuesta por las energías renovables y la eficiencia energética pero considera que el gas natural puede ser el gran apoyo durante el proceso de cambio energético, afirma el director del EVE, Iñigo Ansola, que recuerda, además, que en el País Vasco existe una posibilidad real de que exista gas natural en su subsuelo susceptible de ser explotado comercialmente por métodos tradicionales porque “aquí ya se ha decidido que las técnicas del fracking no se van a utilizar en ningún caso”. Dicho lo anterior, Ansola, recuerda que la Unión Europea ha puesto como objetivo que un tercio de la energía consumida dentro de unos quince años sea de origen renovable “pero el resto habrá que generarla de alguna otra manera”.

¿Hacia dónde va la transición energética en Euskadi y en Europa en el horizonte del año 2030?

-Las energías renovables y libres de emisiones a la atmósfera son el futuro, sin duda alguna. En el mix energético europeo se contempla que el 32% de la energía que se consuma sea procedente de fuentes renovables. Este es un objetivo fijado en Europa tras unas importantes y arduas negociaciones, y fruto de un debate intenso entre la Comisión y el Parlamento Europeo. El objetivo es llegar a ese 32%.

La Comunidad Autónoma Vasca pese a tener empresas con tecnologías punteras en las diferentes áreas de las energías renovables todavía está lejos de los objetivos europeos.

-Sí, queda mucho trabajo por hacer. En Euskadi estamos en una generación energética renovable tradicional del orden del 7% y, con otras, estamos en un 14%.

¿Cómo se va a intentar llegar al objetivo europeo? ¿Se va a potenciar la eólica, la solar...?

-Nuestra apuesta pasa por contar por un mix energético amplio y diversificado, con todas las tecnologías renovables existentes. Evidentemente, las de origen eólico y fotovoltaico pueden tener un peso significativo porque ya se han situado en unos precios muy competitivos por lo que entendemos que hay que hacer una apuesta inequívoca por esas tecnologías. El problema es que en el País Vasco, la orografía, la alta densidad de población, las condiciones de horas de sol y viento y el impacto ambiental condicionan el mayor desarrollo eólico y solar para que las instalaciones puedan ser eficientes.

Pero, por ejemplo, también tenemos en Euskadi un porcentaje alto de bosques y por lo tanto existe un potencial de biomasa notable susceptible de ser utilizado para generar energía. Al año generamos unos 3 millones de metros cúbicos de biomasa y solo se aprovecha la mitad. Y las marinas están ahí.

En 2030, un tercio de la energía será de origen renovable en Europa pero ¿y los restantes dos tercios cómo se pueden producir?

-En el EVE, y teniendo en cuenta, entre otros aspectos, que en Euskadi no hay centrales nucleares, somos partidarios de, además de realizar la transición energética, profundizar en el autoabastecimiento de energía. Euskadi importa dos tercios de la energía que consume y queremos que solo sea un tercio en el horizonte del año 2030. Y para nosotros la conclusión es clara, nuestra apuesta es el gas natural.

¿Por qué apuestan por el gas natural como el combustible de la transición energética hasta un pleno uso de energías renovables?

-La razón es clara. Es el combustible fósil más limpio y eficiente energéticamente de todos los existentes. Contamina un 50% menos que el carbón y un 30% menos que los derivados del petróleo tradicionales.

¿Hay una posibilidad real de producir gas natural en el País Vasco?

-Sí. Al menos queremos explorar esa posibilidad. Hay que tener en cuenta que en Euskadi en la actualidad consumimos unos 3 bcm de gas anuales y todo es importado. En esta transición energética hacia las renovables pensamos que en 2030 el gas natural aporte el 42% de la energía de la CAV frente al 32% actual. Y en Euskadi sí puede haber gas natural.

¿Qué señalan los estudios geológicos al respecto?

-Pues que existe la posibilidad de que existan bolsas de gas natural en el subsuelo. Si se analiza el terreno a nivel de todo el Estado español, en el País Vasco tenemos la suerte de concentrar la mayor posibilidad de extraer gas natural, tanto en la CAV, como en territorios limítrofes de La Rioja, norte de Burgos y Cantabria. De hecho, la sociedad pública vasca Shesa ya está extrayendo gas por métodos convencionales a través de una concesión de explotación a 30 años en el proyecto Viura, en La Rioja, donde participamos con un 37%, y donde ya se está demostrando que hay gas natural explotable comercialmente por los métodos habituales.

¿Qué es el proyecto Armentia 2?

-Una iniciativa para poner en marcha en Araba un pozo de exploración para ver si existe realmente el gas natural y si es factible su explotación comercial de forma tradicional. Con este pozo nos gustaría ver si la formación Balmaseda, que es la zona del subsuelo susceptible de tener gas, lo tiene. Se trata de instalar un pozo en una antigua gravera, un suelo degradado sin explotación agrícola donde hace 20 años se hizo una perforación que demostró que había gas pero con las técnicas de entonces no era aprovechable. Ahora vamos a insistir porque con las nuevas tecnologías convencionales queremos volver a explorar sí hay gas natural aprovechable comercialmente. Además, el terreno está a 15 metros de un gasoducto con lo que si se demostrase que existe gas susceptible de extraerse de forma eficiente se podría explotar comercialmente sin problema alguno. No haría falta una inversión adicional. No hay que olvidar que Euskadi dispone ya de una infraestructura gasista muy importante, con planta regasificadora, gasoductos, empresas con conocimientos y experiencia en su gestión etc. Ahora lo que se pretende es llevar a cabo un pozo de exploración para ver si con técnicas convencionales y perforando a partir de los 2.840 metros de profundidad en un yacimiento de unos dos kilómetros de espesor se puede extraer gas.

¿La técnica del ‘fracking’ se usará en Euskadi ?

-No. En esto somos rotundos. El fracking en Euskadi está totalmente descartado pese a que hubo una sentencia del Tribunal Constitucional español que anuló varios artículos de la ley vasca que limitaba el uso de la fracturación hidráulica para extraer gas. Tenemos claro que no va a haber fracking en Euskadi porque existe una firme voluntad del Gobierno Vasco de cumplir el mandato y las instrucciones dadas por este Parlamento Vasco que rechaza el uso de dicha tecnología. El método para la exploración es el convencional de perforar para ver si el gas sale o no.

¿En qué fase está la puesta en marcha de un pozo de exploración en Armentia 2?

-En la actualidad estamos en el complejo proceso de obtener las autorizaciones pertinentes. Se ha entregado la memoria medioambiental, un informe de impacto ambiental de 2.200 páginas, que se puso a disposición del Ministerio en diciembre de 2017. Ahora estamos en fase de alegaciones al estudio que termina a finales de agosto. Luego hay un mes de plazo para que la Subdelegación del Gobierno español nos las mande y nosotros tenemos otro plazo similar para contestar a las alegaciones. Y el Ministerio tiene otros seis meses para resolver, con lo que nos ponemos a mediados de 2019. Luego hay que pedir las licencias de obras, otros seis meses, y con todo ello podremos entrar en fase de contratación pública. Con todo, en el mejor de los casos, se podría iniciar la perforación de un único pozo de exploración a finales de 2020.

¿En qué consiste la exploración?

-En la instalación de una torre perforadora de unos 40 metros de altura que estará unos seis meses trabajando, luego una vez hecho el pozo, la torre se quita y lo que queda es un conjunto de válvulas sin apenas impacto visual, de hecho el equipos más alto no supera los 4 metros.

¿Se puede ver afectado negativamente el acuífero de Subijana?

-No. El acuífero se extiende entre 500 y 900 metros de profundidad y la posible explotación del gas empezaría a partir de los 2.840 metros de profundidad. El único contacto del pozo con el acuífero es el paso físico del tubo porque la explotación se realizaría a profundidades muy por debajo del acuífero, y no hay que olvidar que el acuífero está ahí porque es un espacio sellado y aislado geológicamente. No va a haber afección al acuífero de Subijana que es muy importante para el entorno de Araba.

¿Ofrece más garantías que la exploración se haga desde una empresa de la administración vasca?

-Sin duda. Somos administración pública vasca y somos los primeros que queremos preservar las condiciones de nuestro entorno porque vivimos aquí y queremos seguir viviendo aquí en el futuro. Estableceremos todas las medidas de control ambiental existentes para garantizar el mínimo impacto y, por supuesto, preservar el acuífero.

¿Qué se extrae del pozo, además del gas natural?

-Al hacer el pozo se extraen lodos y agua y lo que se introduce en un pozo de exploración con tecnología tradicional son minerales naturales como caliza y arcilla. El 70% de los lodos son agua, y la mayor parte de los lodos se recuperan y lo queda dentro tampoco es contaminante. Según el estudio ambiental no hay ningún impacto que alcance la categoría de crítico o severo.

El gas se ha convertido en el combustible doméstico en los hogares vascos.

-Esa es la realidad. El gas natural funciona con total normalidad en los hogares y fábricas de Euskadi y, a partir de ahora, va a tener una importancia creciente en los automóviles pues ya hay varios fabricantes que comercializan coches normales con la posibilidad de utilizar el gas comprimido como combatible, al igual que los camiones. Además, el proceso de transformación de un automóvil normal de gasolina a gas es muy sencilla. Y hablando de gas no hay que olvidar que de los 3 bcm que consumimos, la gran mayoría llega a Euskadi por barco y ha sido extraído en alguna parte del mundo con técnicas que nosotros no controlamos. Ese gas se ha tenido que licuar con un aporte energético, se ha metido en un barco a fuel con un consumo importante y su contaminación correspondiente. Luego, una vez en el País Vasco, se ha tenido que volver a regasificar con otro aporte energético añadido y además se ha tenido que transportar a nuestras casas. Todo ello tiene un coste ecológico y económico muy importante. Coste que se puede ahorrar si se confirma la existencia de gas natural en Euskadi susceptible de explotarse comercialmente con un control ambiental público máximo, con el ahorro de emisiones al medio ambiente y con un beneficio económico que redundaría en beneficio de la economía general de Euskadi. ¿Vamos a decir que no a esa posibilidad?

Noruega es un ejemplo de lo que se puede hacer en Euskadi si hubiese gas natural.

-Pues sí. Noruega hace sesenta años era uno de los países más pobres de Europa, con la pesca como principal recurso. Tras encontrar y explotar el gas y el petróleo del mar del Norte a través de una sociedad publica, se ha convertido en uno de los países más ricos de Europa. Con los beneficios obtenidos del gas y el petróleo ha creado un fondo estatal de primer nivel y ha realizado numerosas inversiones públicas entre ellas las necesarias para potenciar las energías renovables en su territorio. Y de hecho ya es el primer país de Europa en el uso de automóviles eléctricos. Esto nos puede dar una idea de lo que puede aportar a un país pequeño la explotación tradicional de los recursos del subsuelo como el gas natural y creo que en el País Vasco tenemos que explorar esa posibilidad.

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Categoría: Renovables