Un informe de Bloomberg de antes del verano fijaba en unos 24.000 millones de euros la inversión de los países árabes productores de petróleo en energías renovables, principalmente eólica y solar. El cálculo es pasar de los 4,2 GWh de potencia instalada el año pasado a 24,1 GWh en 2020.
Otro informe de la consultora Frost & Sullivan de este año esperaba que los países del Golfo Pérsico aumentaran 50 veces su capacidad solar instalada entre 2015 y 2025. Por ejemplo, Emiratos Árabes Unidos se ha fijado el objetivo de que en Dubai, la capital, el 25% de la electricidad se genere con energías renovables en 2030 y en 2050, el 75%.
El pasado miércoles 25, el Gobierno de Arabia Saudí anunció una inversión de 430.000 millones de euros en una nueva ciudad de 26.000 kilómetros cuadrados -ocupará tres países: Arabia, Egipto y Jordania- que se alimentará totalmente con energías renovables. Este proyecto forma parte de los planes del país para que en 2023 el 10% de su producción energética sea con renovables.
Maná de millones
Los países del Golfo están buscando acabar con su dependencia del petróleo ante la caída sostenida del precio del barril y, también, el aumento del consumo de electricidad -un 6% anual desde 2000- motivado por el incremento de sus economías y la expansión demográfica. Un jugoso pastel en el que todas las empresas del mundo están tratando de sacar tajada. También es una buena oportunidad para las españolas, uno de los países punteros en tecnología que ahora tiene que aprovecharlo en el Golfo.
El mismo jueves, día 26, el Fondo de Inversión Público de Arabia anunció un acuerdo con el SoftBank Vision Fund para levantar un campo solar con una capacidad de generación de 3 GWh para 2018. Uno de los inversores de SoftBank Vision Fund -que ha levantado 93 millones de dólares- es Apple.
Arabia tiene intención de aprobar 30 proyectos de energías renovables en diez años por valor de 50.000 millones de dólares. Uno de ellos es el de Dumat Al Jandal, de 400 Mw, en el que el gobierno local ha preseleccionado a 25 compañías, entre las que se encuentran ACS a través de su filial Cobra y Acciona.
EDF y Masdar
La competencia es feroz. A primeros de octubre el gobierno de Arabia Saudi anunció que la francesa EDF y Masdar -de Abu Dhabi- habían roto todos los récords al ofrecer construir la planta solar de Sakaka (300 Mw) a un precio de 1,79 centavos de dólar por kwh. El récord actual lo tiene un proyecto de Abu Dhabi, en 2,42 centavos de dólar por kwh.
La competencia es feroz, acorde con el caudal de la lluvia de millones que está en juego. Las empresas españolas ya han conseguido llevarse el gato al agua en algún proyecto. En Emiratos Árabes Unidos, la asturiana TSK ganó un concurso en 2015 de una planta solar de 200 Mw, mientras Gransolar y Acciona consiguieron hacerse con el contrato de una planta fotovoltaica de 800Mw el año pasado.
Pero las oportunidades no se limitan a Arabia Saudí y a Emiratos Árabes Unidos. Omán prepara un plan renovable para dotar de 200 MW al país, mientras en Pakistán están estudiando la implantación de 300 MW adicionales a los 100MW ya existentes. Marruecos quiere ampliar del 31% al 42% su capacidad de generación renovable en 2020 y Egipto al 22% en 2022.
¿Podrá la energía solar ser la principal fuente de energía en 2022?
En 2016, la energía solar creció por primera vez más rápido que cualquier otra fuente de combustible, aseguró la Agencia Internacional de Energía.
Por último, Kuwait, donde la primera planta renovable empezó a funcionar en 2016, se ha marcado como objetivo que el 15% de la electricidad generada en 2030 sea renovable mientras que Jordania lo ha fijado en el 10% para 2020.